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Lentes de Contacto para Ver en la Oscuridad: El Futuro de la Visión Nocturna Desde China y EE. UU.

Publicado el 01 de junio de 2025 · 11:16

Lentes de contacto infrarrojos desarrollados por universidades de China y EE. UU. permiten ver en la oscuridad, incluso con los ojos cerrados. Descubre sus avances y futuro.

En mayo de 2025, un avance científico ha captado la atención del mundo tecnológico y médico: la creación de lentes de contacto que permiten ver en la oscuridad, incluso con los ojos cerrados. Este desarrollo, fruto de la colaboración entre universidades de China y Estados Unidos, promete transformar la forma en que percibimos el entorno y abre la puerta a aplicaciones hasta ahora reservadas a la ciencia ficción.

El equipo detrás del avance

El proyecto es liderado por neurocientíficos y expertos en ciencia de materiales de la Universidad de Ciencia y Tecnología de China, la Universidad Fudan y la Facultad de Medicina de la Universidad de Massachusetts. Sus hallazgos, publicados en la prestigiosa revista Cell, marcan un hito en la integración de nanotecnología y óptica en dispositivos portátiles y no invasivos.

¿Cómo funcionan estas lentes?

Nanopartículas y conversión de luz

El secreto detrás de estas lentes reside en la incorporación de nanopartículas especializadas dentro de un polímero flexible y biocompatible, similar al de las lentes de contacto convencionales. Estas nanopartículas, compuestas de materiales como fluoruro de gadolinio, iterbio, erbio y oro, tienen la capacidad de absorber fotones en el rango del infrarrojo cercano (800–1600 nm) y reemitirlos como luz visible (380–750 nm).

Visión nocturna incluso con los ojos cerrados

Una de las características más sorprendentes es que estas lentes permiten percibir la luz infrarroja incluso cuando los párpados están cerrados. Esto es posible porque la luz infrarroja penetra los tejidos con mayor eficacia que la luz visible, permitiendo que las señales lleguen a la retina a través de los párpados. En pruebas realizadas, tanto ratones como humanos lograron detectar y ubicar fuentes de luz infrarroja parpadeante, con mayor eficacia cuando los ojos estaban cerrados.

Sin necesidad de baterías

A diferencia de las gafas de visión nocturna tradicionales, que requieren baterías y son voluminosas, estas lentes funcionan sin fuente de energía externa. Toda la conversión de luz ocurre gracias a la física de las nanopartículas, lo que las convierte en una solución ligera, discreta y potencialmente cómoda para el uso diario.

Características y ventajas frente a otros productos

  • Permiten ver tanto el espectro visible como el infrarrojo al mismo tiempo.
  • No requieren alimentación eléctrica externa.
  • Son transparentes y se asemejan a las lentes de contacto blandas convencionales.
  • Funcionan incluso con los ojos cerrados, algo inédito en la tecnología de visión nocturna.

En comparación, las gafas de visión nocturna actuales son pesadas, requieren energía y solo muestran imágenes monocromáticas, generalmente en verde. Las lentes de contacto infrarrojas pueden generar imágenes en color y no restringen la visión del usuario al espectro visible o infrarrojo, sino que permiten ambos simultáneamente.

Aplicaciones potenciales: Más allá de la ciencia ficción

Las posibilidades que abre esta tecnología son vastas y abarcan múltiples sectores:

  • Seguridad y defensa: Permitiría a militares y fuerzas de seguridad operar en la oscuridad sin equipos voluminosos.
  • Rescate y emergencias: Equipos de rescate podrían localizar personas o señales en condiciones de baja visibilidad.
  • Medicina: Cirujanos podrían identificar tejidos cancerosos durante procedimientos de fluorescencia infrarroja, sin necesidad de dispositivos adicionales.
  • Transporte y automoción: Conductores podrían tener mejor visibilidad nocturna, reduciendo riesgos de accidentes.
  • Consumo general: Personas con deficiencias de visión nocturna o profesionales que trabajen en ambientes oscuros se beneficiarían enormemente.

Estado actual de la investigación y pruebas realizadas

Los primeros experimentos se han realizado tanto en animales como en humanos. En ratones, se observó que podían distinguir entre áreas iluminadas con infrarrojo y oscuras, prefiriendo las primeras. En humanos, los participantes lograron detectar y ubicar señales infrarrojas, incluso con los ojos cerrados, confirmando la eficacia del dispositivo.

Además, se ha demostrado la biocompatibilidad de los materiales, descartando toxicidad en las pruebas iniciales. Sin embargo, aún falta evaluar a fondo la seguridad y eficacia en el uso prolongado, así como posibles efectos secundarios en la córnea y la visión a largo plazo.

Problemas y desafíos en la fabricación

Aunque el avance es prometedor, persisten varios retos técnicos y de seguridad:

  • Imágenes borrosas: Las nanopartículas tienden a dispersar la luz, lo que puede generar imágenes poco nítidas. Para mitigar este problema, los investigadores han probado la integración de la tecnología en gafas con lentes adicionales que redirigen la luz, aunque esto resta parte de la ventaja de la miniaturización.
  • Sensibilidad limitada: Actualmente, las lentes solo pueden detectar fuentes infrarrojas intensas, como LEDs, y no amplifican señales muy débiles, a diferencia de las gafas de visión nocturna militares.
  • Riesgos de uso prolongado: Como cualquier lente de contacto, existe riesgo de infecciones, irritación o sequedad ocular, especialmente si se usan durante muchas horas o se duerme con ellas puestas. Aunque los materiales actuales son más permeables al oxígeno, el uso prolongado sigue siendo un factor de riesgo que debe ser evaluado.

Similitudes y diferencias con otros dispositivos

Las lentes de contacto inteligentes, como las Orto-k o las lentes para monitorizar glucosa, han abierto camino en la integración de electrónica y sensores en dispositivos oculares. Sin embargo, ninguna de ellas ha logrado hasta ahora otorgar visión en el espectro infrarrojo ni permitir la percepción de luz con los ojos cerrados.

Frente a las gafas de visión nocturna, las nuevas lentes destacan por su portabilidad, ausencia de baterías y capacidad de visión simultánea en ambos espectros. No obstante, las gafas siguen siendo superiores en sensibilidad y nitidez de imagen en condiciones de oscuridad total.

¿Cuándo saldrán a la venta y cuánto costarán?

Por ahora, las lentes de contacto infrarrojas no están disponibles comercialmente. Los investigadores enfatizan que aún es necesario realizar más pruebas clínicas para garantizar su seguridad y eficacia antes de su lanzamiento al mercado.

El coste estimado de fabricación ronda los 200 dólares por par, según la revista Nature, lo que las situaría en un rango de precio similar al de lentes de contacto especializadas de alta gama, aunque es probable que el precio inicial sea más elevado debido a la novedad y la tecnología empleada1. Para referencia, las lentes Orto-k personalizadas pueden costar entre 300 y 450 euros al año por ojo, lo que sugiere que el precio de las lentes infrarrojas podría ser competitivo en el segmento premium.

No se ha anunciado una fecha concreta de lanzamiento, pero los expertos prevén que, si las pruebas avanzan positivamente, podríamos ver los primeros modelos comerciales en el mercado en un plazo de cinco a diez años, dependiendo de la regulación y la demanda.

El futuro de la visión humana

La creación de lentes de contacto que permiten ver en la oscuridad marca un antes y un después en la historia de la óptica y la tecnología wearable. Si bien aún existen obstáculos técnicos y regulatorios por superar, el potencial de esta innovación es innegable.

En palabras del profesor Tian Xue, líder del proyecto:

“Nuestra investigación abre la posibilidad de que dispositivos portátiles no invasivos doten a las personas de una visión sobrehumana”.

El día en que podamos ver lo invisible, distinguir colores en la oscuridad y recibir información codificada en el espectro infrarrojo podría estar más cerca de lo que imaginamos. La colaboración internacional y el avance de la nanotecnología hacen de este sueño una posibilidad tangible para la próxima década.

Conclusión

Las lentes de contacto infrarrojas desarrolladas por equipos de China y EE. UU. representan uno de los avances más prometedores en la tecnología de visión humana. Aunque aún no están listas para su comercialización, sus aplicaciones potenciales y su capacidad para ampliar los límites de nuestros sentidos auguran un futuro en el que la visión nocturna será tan sencilla como colocarse una lentilla. Mantente atento: el futuro se ve, literalmente, brillante.

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