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Las caídas de AWS y Azure: Lecciones de las grandes interrupciones Cloud y la ventaja de tener tu propia nube

Publicado el 31 de octubre de 2025 · 11:18

Las caídas masivas de AWS y Azure en 2025 muestran la importancia de tener tu propia nube privada con sistemas NAS para mayor seguridad y control.

En las últimas semanas, dos gigantes mundiales de la computación en la nube, Amazon Web Services (AWS) y Microsoft Azure, han sufrido interrupciones masivas que han dejado fuera de servicio a millones de usuarios y negocios en todo el mundo. Estos sucesos han revelado la fragilidad inherente a la concentración de servicios digitales en infraestructuras centralizadas y han generado un debate renovado sobre la necesidad de diversificar y proteger nuestros datos y aplicaciones. Este artículo explora en detalle qué ocurrió, qué lecciones debemos aprender y por qué cada vez más usuarios y empresas están valorando tener su propia nube privada, basada en sistemas NAS, como una alternativa segura y económica para evitar depender exclusivamente de grandes nubes públicas.

¿Qué ocurrió con AWS la semana pasada?

El 20 de octubre de 2025, AWS experimentó un corte significativo que afectó principalmente a su región US-EAST-1, el centro de datos más crucial y de mayor envergadura de Amazon en Estados Unidos. El problema comenzó con una falla en la resolución DNS para los endpoints del servicio DynamoDB, que es una base de datos clave para miles de aplicaciones y plataformas digitales críticas.

Según análisis técnicos, el origen fue un raro defecto en la infraestructura que generó una condición de carrera (race condition) cuando dos sistemas automatizados intentaron simultáneamente actualizar la misma entrada del DNS. Esta situación provocó que la resolución de nombres fallara, equivalente a perder la dirección en un sistema de directorios telefónicos. Como resultado, muchas aplicaciones quedaron incapaces de conectarse a las bases de datos que necesitan para funcionar, generando errores en cadena.

Durante aproximadamente 15 horas, los servicios alojados en esta región experimentaron caídas, incluyendo plataformas conocidas como Snapchat, Slack, Zoom, y populares juegos en línea, además de la interrupción temporal de procesos de pago electrónico y comercio online. El impacto fue global, mostrando de forma clara lo dependientes que somos de estas gigantes plataformas en la nube.

AWS admitió el error públicamente y anunció que trabaja para mejorar la resiliencia y evitar que repita un incidente similar, aunque reconoció la complejidad de su red y la vulnerabilidad de depender en extremo en un solo nodo crítico.​

El incidente en Microsoft Azure y su alcance

Solo días después, Microsoft Azure sufrió también una gran interrupción el 29 de octubre de 2025, afectando a su infraestructura global y a servicios dependientes de Azure como Microsoft 365 (Outlook, Teams, OneDrive), Xbox Live y otros sistemas para clientes empresariales y consumidores.

El fallo se atribuyó a un error de configuración en Azure Front Door, un servicio global de entrega de contenido y ruteo que actúa como puerta de enlace rápida para muchas aplicaciones. Un cambio inadvertido generó un fallo en cascada, afectando distintos servicios en varias regiones geográficas.

Microsoft reaccionó rápidamente bloqueando cambios en la configuración y desplegando una reversión a una versión estable previa, restaurando el servicio después de varias horas de trabajo intensivo. Este incidente coincidió con el anuncio de resultados trimestrales de la compañía, lo que añadió presión mediática y económica a la situación.

La interrupción dejó fuera de línea aplicaciones críticas para usuarios cotidianos y también para empresas, demostrando que incluso las infraestructuras consideradas robustas y escalables pueden presentar vulnerabilidades de configuración y dependencia.

¿Por qué estos fallos son tan importantes?

Estas interrupciones en AWS y Azure no son simples caídas temporales. Son un recordatorio de que, a pesar de las promesas de alta disponibilidad, escalabilidad y resiliencia de las grandes nubes, estas plataformas tienen puntos únicos de fallo críticos. Cuando un nodo clave falla, las consecuencias pueden propagarse rápidamente a miles de servicios, afectando millones de usuarios.

Además, el hecho de que estos problemas puedan ocurrir por errores internos de configuración o defectos técnicos subraya que la nube pública no es infalible. Durante horas, negocios no pudieron procesar pagos, usuarios quedaron imposibilitados de acceder a servicios esenciales y empresas perdieron productividad.

En términos económicos y de confianza, estos eventos también derivan en pérdidas millonarias y deterioro en la percepción pública de la fiabilidad de estos proveedores.

La alternativa: Tener tu propia nube con sistemas NAS

Ante estos riesgos, surge un interés creciente en alternativas basadas en la propiedad y control directo de la infraestructura. Los sistemas NAS (Network Attached Storage) han evolucionado mucho en los últimos años y permiten a usuarios domésticos y empresas disponer de una nube privada propia, con almacenamiento centralizado y acceso remoto seguro.

Beneficios de una nube NAS

  • Control total y seguridad: Al tener la infraestructura en las propias oficinas o incluso en casa, se evitan riesgos de terceros y accesos no autorizados. Los datos permanecen bajo control propio, con opciones avanzadas de cifrado y autenticación.
  • Costos predecibles y sin dependencia: No hay tarifas recurrentes por almacenamiento o transferencia a gran escala, ni riesgo de que el servicio sea suspendido por causas externas.
  • Acceso local rápido y remoto fácil: A diferencia de la nube pública, el acceso local es ultra rápido y permite trabajar con grandes volúmenes de datos sin esperas. Además, con configuraciones adecuadas, el acceso remoto puede ser tan cómodo y seguro como en cualquier nube pública.
  • Respaldo y redundancia: La mayoría de los NAS tienen opciones RAID y copias de seguridad automatizadas, ofreciendo protección contra fallos de hardware y pérdidas accidentales.

Un paso hacia la independencia tecnológica

Aunque la nube pública podrá seguir siendo dominante por su escalabilidad y características globales, mantener una nube privada complementaria basada en NAS es un paso prudente hacia la autonomía tecnológica. Reduce la exposición a cortes masivos y ofrece una alternativa fiable en caso de fallos externos, además de permitir cumplir con normativas de privacidad más estrictas.

Para pequeñas y medianas empresas, esto significa poder mantener operativas sus operaciones críticas aún en escenarios de interrupciones globales en la nube pública.

Lecciones para usuarios y empresas

Los incidentes de AWS y Azure en octubre de 2025 refuerzan la importancia de:

  • Diseñar infraestructuras multi-nube y multi-región que no dependan de un solo proveedor o centro de datos.
  • Implementar estrategias de respaldo y recuperación local, complementando la nube pública con almacenamiento privado.
  • Monitorear configuraciones y cambios de manera rigurosa para evitar fallos humanamente imputables que afectan servicios globales.
  • Evaluar el riesgo y adoptar medidas de resiliencia tecnológica frente a vulnerabilidades inesperadas.

Conclusión

Las recientes caídas de AWS y Azure son un llamado de atención sobre la concentración y vulnerabilidades inherentes en la computación en la nube pública. Si bien ofrecen velocidades, escalabilidad y servicios innovadores, ningún sistema es infalible frente a errores técnicos o configuraciones erróneas.

Construir una estrategia tecnológica que combine la nube pública con soluciones privadas de almacenamiento NAS permite tener control, seguridad y continuidad operativa, evitando quedarse a merced de fallos externos durante horas o incluso días, como hemos visto.

La nube privada no solo es para grandes corporativos; hoy está al alcance de muchos hogares y pequeñas empresas. Tomar el control de tus datos con sistemas NAS es una inversión prudente para la era digital actual.

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