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Europa bloquea desde agosto la venta de dispositivos que no cumplan la nueva normativa de ciberseguridad

Publicado el 31 de julio de 2025 · 11:00

Desde agosto, Europa veta la venta de dispositivos inseguros: descubre la nueva normativa de ciberseguridad, su impacto y ventajas para el usuario.

2025 marca un punto de inflexión en la seguridad digital europea: desde el 1 de agosto, ningún dispositivo electrónico considerado IoT podrá ser vendido legalmente en territorio de la Unión Europea si no cumple con los exigentes requisitos de la nueva normativa de ciberseguridad EN 18031. Esta decisión, además de combatir una realidad cada vez más compleja de amenazas digitales, pone en jaque tanto a fabricantes como a consumidores y redefine el acceso a la tecnología en el Viejo Continente.

¿Por qué surge esta normativa?

La proliferación de dispositivos inteligentes —desde bombillas conectadas y cámaras hasta relojes deportivos, sistemas médicos y maquinaria industrial— ha convertido el IoT en uno de los focos principales para la ciberdelincuencia. El ámbito doméstico, empresarial, sanitario e incluso urbano se ha visto en ocasiones vulnerado por ataques a dispositivos mal protegidos. Con unos 20.000 millones de dispositivos IoT activos en el mundo y un crecimiento previsto de otros 10.000 millones en los próximos cuatro años, la UE ha considerado crítico fortalecer la resiliencia digital de su mercado.

EN 18031: Las nuevas exigencias de la UE

La norma EN 18031 impone tres grandes obligaciones para todo dispositivo IoT, sea de uso doméstico o industrial:

  • Protección de las redes: Los dispositivos no deben interferir en la estabilidad de las telecomunicaciones ni consumir recursos de manera desproporcionada.
  • Protección de datos personales: Se exige cumplimiento estricto con el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR).
  • Prevención del fraude: Es obligatorio implantar mecanismos que bloqueen accesos no autorizados y la manipulación de datos.

Solo con el marcado CE, que certifica el cumplimiento de estos requisitos, un dispositivo podrá comercializarse legalmente en la Unión Europea a partir de agosto de 2025.

Dispositivos afectados

La lista es mucho más extensa de lo que aparenta: la normativa es transversal y afecta a bombillas y electrodomésticos conectados, altavoces inteligentes, cámaras de vigilancia, relojes deportivos, sistemas de climatización remota, cerraduras electrónicas y, en general, cualquier equipo que mantenga conectividad con otros a través de internet.

También están impactados los dispositivos dedicados a soluciones industriales (monitorización de maquinaria, logística), sanitarias (equipos médicos que transmiten datos de pacientes) o sistemas de transporte y domótica.

¿A quién afecta? Fabricantes, distribuidores y origen extracomunitario

Todos los fabricantes y distribuidores que deseen acceder al mercado europeo —sin importar si su sede está en la UE o en el extranjero— están obligados a cumplir estos requisitos desde el 1 de agosto de 2025. El reglamento tiene carácter extraterritorial: también los dispositivos fabricados fuera de Europa deben ajustarse a la EN 18031 si se pretenden vender o importar al espacio comunitario.

Quienes no cumplan, verán vetada la entrada de sus productos, e incluso se prevé un endurecimiento en la evaluación, certificación y vigilancia poscomercialización de todos los productos conectados. En definitiva, marcas estadounidenses, asiáticas u otros países tendrán que adecuarse o perderán acceso a uno de los mercados más grandes y regulados del mundo.

¿Qué ocurre con los dispositivos ya fabricados y no vendidos?

Una de las dudas más repetidas es el destino de los dispositivos que, habiendo sido fabricados y almacenados antes del 1 de agosto de 2025, aún no han sido vendidos o distribuidos. La respuesta es tajante: no podrán obtener el marcado CE ni salir a la venta legalmente en Europa si no se adaptan a la nueva normativa. Esto podría dar lugar a grandes remanentes, descuentos para liquidar antes de la fecha o, en última instancia, a la exportación fuera del territorio comunitario.

¿Significará un incremento en el precio de los dispositivos?

Adaptar procesos, actualizar tecnologías, rediseñar productos y certificar su seguridad implica costes añadidos para fabricantes e importadores. Si bien la legislación busca reforzar los derechos y la seguridad del consumidor, es previsible que parte de este gasto repercuta en el precio final de los dispositivos. Los expertos advierten que, en fases iniciales, podríamos ver ligeros encarecimientos, especialmente en dispositivos de bajo coste o de marcas que no contaban con medidas de seguridad avanzadas. Sin embargo, la competencia y el acceso a un mercado más seguro y homogéneo podrían estabilizar los precios a medio plazo.

¿En qué beneficia esto a la población?

El principal beneficiario es el consumidor europeo. La nueva normativa reduce drásticamente el riesgo de que dispositivos conectados se conviertan en puertas de acceso para ciberataques, fraudes, robos de identidad o manipulación de datos personales. Se refuerza la privacidad, la protección de las telecomunicaciones y la confianza del usuario en el ecosistema digital.

A la vez, la imposibilidad de comercializar productos inseguros eleva el listón de calidad de todo el mercado europeo, incidiendo de manera positiva en empresas, instituciones y hasta en infraestructuras críticas cuya protección es, desde este año, aún más prioritaria.

¿Qué problemas y desafíos plantea la nueva normativa?

Ninguna medida disruptiva está exenta de retos. Los principales desafíos y preguntas abiertas que genera la EN 18031 son:

  • Coste y adaptación acelerada: No todas las empresas están listas para cumplir los requisitos, lo que podría sacar del mercado a algunos fabricantes pequeños o elevar los costes de entrada para nuevas marcas.
  • Riesgo de reducción temporal de oferta: Durante los primeros meses, la transición podría provocar desabastecimiento temporal o eliminación de productos de los escaparates hasta que sean certificados.
  • Movimientos ilegales o mercado gris: Se teme que algunos distribuidores intenten introducir productos no homologados mediante canales no regulados, aunque las sanciones serán severas.
  • Coordinación internacional: Muchos productos diseñados para mercados menos exigentes podrían ver limitada su exportación a Europa, lo que provocará una reorganización en la fabricación global de tecnología.

¿Por qué es tan importante este cambio?

El auge del teletrabajo, la domótica, dispositivos médicos conectados y la interoperabilidad masiva de plataformas smart en ciudades demuestran que la dependencia tecnológica de la sociedad europea solo irá en aumento. Garantizar una base sólida de confianza digital era urgente, pues la ciberdelincuencia protagoniza ya fraudes millonarios, robos de datos y ataques a infraestructuras clave.

La UE busca así consolidarse como referente en materia de ciberseguridad y soberanía digital, sentando un precedente global: fabricantes de cualquier punto del mundo deberán adaptarse a los estándares europeos si quieren operar en el mercado más exigente del planeta.

¿En qué se diferencia de legislar solo para empresas europeas?

El hecho de exigir el cumplimiento de la normativa a todos los dispositivos, independientemente de su origen, crea igualdad de condiciones y protege a los consumidores de productos importados inseguros. Además, refuerza la posición internacional de la UE y empuja a la industria global a una mejora sustancial en estándares de ciberseguridad.

Conclusiones

La entrada en vigor de la EN 18031 marca el énfasis que Europa pone en la protección digital de su sociedad. El reto no solo es adaptar la producción, el diseño y la distribución de millones de dispositivos, sino también sensibilizar al consumidor sobre la importancia de adquirir productos seguros y certificados. La transición no será sencilla ni rápida, pero a medio y largo plazo, los ciudadanos europeos ganarán en seguridad, privacidad, resiliencia tecnológica y calidad de su entorno conectado.

La medida, aunque desafiante, coloca a la Unión Europea a la vanguardia en la protección digital y marca el camino hacia un futuro de tecnología más segura y confiable.

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